Patek Philippe

Las fechas, los datos y las cifras son importantes para plasmar objetivamente la relación entre estas dos prestigiosas empresas. Pero también lo son las relaciones personales, tanto entre ambas familias como con los clientes. Esta especial empatía entre los distribuidores y sus clientes se reproduce a lo largo y ancho del globo. Esto es el origen de anécdotas que reflejan lo que representan sus relojes, trascendiendo con mucho el valor de un mero objeto, aunque sea precioso.

Es importante resaltar la historia de un cliente que decidió adquirir dos cronógrafos rattrapante para obsequiar a cada uno de sus dos hijos. Como apasionado y conocedor de Patek Philippe, era consciente de la dificultad de la adquisición y de que el tiempo de espera sería muy largo. Pero, su objetivo irrenunciable era poder entregar estos cronógrafos a sus hijos antes de que cumplieran los 18 años. Lo consiguió, aunque para ello ¡tuvo que esperar nada menos que 8 años!

Esta especial atención a los valores familiares que guían todo el entorno Patek Philippe se demuestra de nuevo cuando dos hermanos, apasionados de Patek Philippe y clientes fieles de Pons1845, deciden adquirir dos unidades idénticas del Celestial, una de las mayores Grande Complicaciones que han forjado la leyenda de la firma ginebrina.

David Pons y Antoni Pons, relojero y gemólogo respectivamente, la última generación de la familia Solans-Pons a los mandos de Pons1845, recuerdan muchos de estos hechos tan especiales y significativos que siempre rodean los relojes Patek Philippe. Dos de ellos bastan para comprender el significado y los valores inherentes a la manufactura ginebrina.

Berna & Patek Philippe

La relación entre Patek Philippe y sus distribuidores debe ser y es necesariamente especial. Solo el medio siglo largo de historia de la relación entre Berna y Patek Philippe ya demuestran que se trata de algo especial, pero detrás del tiempo hay mucho más.

Aún siendo Andorra y Suiza países y ámbitos muy distintos, la historia de estas célebres firmas tiene muchos y asombrosos puntos en común. Las dos cuentan con una larga historia que sobrepasa los 150 años. Tan solo seis años separan sus fechas de fundación, pero esta insignificante diferencia temporal esconde una coincidencia que se puede considerar premonitoria.

Durante todo este tiempo, la sociedad, la economía, la cultura y la tecnología no han cesado de evolucionar. También lo ha hecho Patek Philippe en Andorra bajo el mando de Pons1845. Lo que antes era un escaparate personalizado para Patek Philippe, ahora se ha convertido en un impresionante y exclusivo espacio de 50 metros cuadrados dedicado a la legendaria firma ginebrina. La evolución no cesa y da el siguiente paso en febrero del 2020, cuando el espacio Patek Philippe de Berna crece hasta los 60 metros cuadrados y se traslada al nuevo y flamante edificio que ha adquirido la firma andorrana.

Familia, una historia centenaria, generaciones que se suceden, pasión por la relojería… son los factores y valores que comparten Berna y Patek Philippe. Parece que el año 1845 era premonitorio de que la relación fructificaría… el tiempo así lo ha demostrado.